lunes, setiembre 19, 2005

El futbol en Perú consique más triunfos que la política.

El fútbol ha conseguido en Piura lo que la magullada política viene intentando desde hace tiempo sin éxito: congregar a todos los ciudadanos en torno a una propuesta.

Cerca del remachado estadio Miguel Grau, uno de los corazones del Mundial Sub – 17 y horas previas a que uno de los primeros balón con chip sea puesto a prueba, los piuranos han decidido abandonar por unas horas el bocinazo como cultura vital, bajar de los taxi-colectivos, motos lineales, mototaxis y ticos, y se han puesto a caminar y caminar, hasta llegar a su destino, transitando por la Avenida Guardia Civil, una de las arterias principales de esta cálida ciudad norteña.

Finalmente ha llegado el momento en el que una actividad pública, sin necesidad de ser política, proporcione unas migajas de bienestar a los ciudadanos. El futbol, el circo romano de la modernidad, se ha elevado por encima de los afanes centralistas y nos ha vuelto los ojos hacia nosotros mismos, a cómo somos, en Público.

Por un momento dejamos de pensar en las huelgas de las enfermeras, en la posible huelga policial, en el TLC o en los problemas mineros... y pasamos a pensar en el partido, que por suerte no es político. Ignoramos la descentralización y el referéndum y pasamos ampliamente de la política nacional. Dejamos de pensar en NADA y comenzamos a pensar en el futbol ¡Qué relajante!

Hace mucho tiempo que no escuchaba a Piura en silencio, ni veía caminar a su gente, ni unidos a los piuranos en torno a un acontecimiento, sin importar credo, raza, religión o estatus económico. Hace mucho que la ciudad no estaba tan resguardada, ni la gente tan atenta a los turistas o visitantes. Calles pintadas, semáforos que funcionan y, exceptuando alguna que otra medida municipal absurda (como la de situar un carrusel -tío vivo- en medio de una avenida), la ciudad vuelve a cobrar vida con alegría y sin perversidad.

Lo más curioso es que esto ocurre en el distrito de Castilla. Para quien no nos conoce, Castilla es conocida como la “tierra de nadie”, aquí todo puede ocurrir, y es posiblemente el municipio que tiene más deudas de todo el departamento. Por eso me extraña verlo tan tranquilo por más de un día, y tan apoyado por el servicio de seguridad del municipio DE PIURA.

No sé si habrá más mundiales en el Perú, pero desde luego ya tenemos algo que agradecerle al actual. Silencio y seguridad por más de un día, más de lo que podríamos pedir a un solo político.